22.10.15

Delirio del yo. Prosopopeya


Huir. Había llegado al límite de sus fuerzas, su psiquis. Sin paciencia, fugarse era la meta. Huir, escondiéndose. No era algo que no supiera. Ahora la necesidad era imperante. No alcanzaba con huir mentalmente, lléndose a dormir, pegar una vuelta, dar un paseo, usar el apartamento sin gente pero arreglado para una apariencia de comodidad.
Cuando, se va la gente, al apartamento entran los obreros a taladrar, golpear, raspar sin miramiento hacia la comodidad del que no se va. Entonces se producen esas miradas torcidas, descolocadas, de inquina entre los que se van y los que se quedan.
No sé qué asociación la llevó al balance de pérdidas y ganancias. A la economía no la define la costumbre, menos un sentir ni mucho más un valor. La economía es como la naturaleza, empuje de la vida. Si algo rompe la continuidad quizá lo sea la tecnología, como por ejemplo: las armas, la riqueza, el saber, medios, herramientas, que la constituyen. Y la tecnología va junto al poder. Y donde manda capitán no manda marinero. Si el capitán tiene la bitácora, el catalejo, el arcón y el mapa ¿eso no da apariencia de saber, de a dónde se dirige?
Instalado el pensamiento de víctima solo queda lugar al ciclón que en el mar muestra un abismo girando hacia un vórtice succionador y sin escapatoria. Sí, la huida se presentaba lúcida y negra.
Quizá fuera hora de invertir el pensamiento. Que como todo rico sabe hay oportunidades de invertir en lo más deleznable, depreciado, que es como un imán, el dinero llama al dinero entre caballeros.
No sabiendo cuándo comenzó a preguntarse si no cumpliría mejor rol saliéndose que entrando. Porque volver a los mismos lugares ya no significaban un respiro sino retomar viejas sensaciones. Volver era como caer en un abismo sin fondo. Tremendista, fuera de época, pero el cambio de siglo era lo que exigía. Planteo del conflicto aunque no hubiese conflicto más allá de la desaparición del sujeto.
Entonces lo que más había temido se le mostró. Al cabo de la huida no se hallaría  siquiera a sí misma ¿Cómo volver a juntar los pedazos?

I

¿Alguien puede tomarse en serio la creación de un mundo propio? ¿Alguien puede creerse la creación de un mundo interior? ¿Alguien puede considerarse serio cebando un mate a las diez y treinta de la mañana, un domingo? Que no es un domingo cualquiera, aunque la precisión de la fecha, ese alguien, no la tenga exacta, así como la hora, ni al meridiano ni a ti. A quien menos se puede tomar en serio es a éste, último alguien, que viene a ser algo así como un mundo exterior, impropio, creador.
Más o menos por la época que retomó el gusto por el mate se dio cuenta que estaba enamorada. Solo faltaba saber de quién. La última sustitución había implicado tanta energía que sólo pensarlo la hacía trepidar de pies a cabeza, sin parar. El enamoramiento la llevaba a recorrer otra vez el parque, la azotea y el corredor de la pensión en un estado de cataplexia que conocía como el cuerpo separado funcionalmente del cerebro. Y así también funcionaba la escritura. La mano sostenía la estilográfica sobre las rayas horizontales nada más que por el empuje ¿Y de dónde venía el empuje de la vida, la economía, el enamoramiento, la escritura? El goce de la repetición según Freud y otros más. Ahora podía concluir una primera confusión en que el deseo por el otro sustituyera al deseo por el saber y que tal vez podría con aprendizaje y empeño invertirse en un deseo de sí misma.

II

Un silencio propicio para solo pensar ¿en qué? Llena el vacío con una y otra lectura como si el saber se hallase en esos otros silencios pensados.
Si Cervantes pudo hacer una escritura de la buena y mala ventura la necesidad  de  referirse a la recta final del camino, al declive o a la desaparición la encontraba más que dispuesta. Sin duda influenciada por los últimos años dedicados a la filosofía con un ser meditabundo, tétrico, catastrófico, siempre planteando el fin del sujeto. Cual Dante cruzó el Aqueronte donde la difuminación del ser había tenido lugar.
Ahora retomaba la tarea. Lavando los platos imaginaba como el mozo lavaplatos imagina. Hay que tener en cuenta que el hacedor, en la múltiple tarea no piensa. Puede, si quiere, concentrarse en la tarea presente y pensar la siguiente  o en una serie de tareas pero es un pensamiento, por decirlo rápido, corto, de realización instantánea como un plato al alcance de la mano para enjuagarlo.
Una suerte de pensamiento escrito no ayuda a la tarea. Es una necesidad a cubrir, como la manta al durmiente. Este no va a dejar de soñar pero parece necesario abrigarle.
Hoy, sin dios ni espíritu alguno rondando qué motivación habría para la ascensión al cielo. Ah y  éste tampoco. Sin cielo aparente más allá de una economía inaccesible para un mozo lavaplatos ¿qué imaginar? ¿En qué pensar?
Dios se volvió múltiple y pagano difuminándose en cada objeto junto a la fragmentación del ser. Con el abandono de los dioses hogareños se pasó al realce de los objetos en sí mismos como acompañantes del ser, su apuntalado, como la manta al durmiente. Rotos los contornos del sujeto, no por ello libre sino sujetado a la multiplicidad de objetos.
No te pierdas sonó en medio de la nada pero ¿cómo encontrarse en la fragmentación actual?
Equivale un hacer continuo a un pensar continuo. Ambos siquiera logran alejar la avidez por lo inaccesible del ser en sí mismo. Y si ese conocimiento implica aceptar un vacío, el sin sentido, por qué prosigue el pensamiento.
Cómo explicarse que si alguna vez hubo la posibilidad de pensar libremente, este albedrío, aparente, fue retirado pacientemente a través de la entrega a la tarea.
El lavaplatos sigue indolente enjuagando la copa, el vaso, los cubiertos y platos.
¿Y dónde quedó el albedrío? Quién sabe puede ser libre. Ese conocimiento del saber ejerce la libertad en la transmisión o la represión.
No es necesaria la imagen de seres que viven en cuevas sin barrer para saber lo que es no ser. Basta una mirada alrededor y la ciudad pulula en la falta de ser.
En ocasiones, el encierro da oportunidad de creer, pensar, tapar como la manta al durmiente.
El mozo lavaplatos puede parar para el cambio de turno pero la tarea prosigue.
Es la continuidad, cinta de Moebius, infinita, interior-exterior, siempre alrededor de la tarea, pensamiento, formar al ser. En una lógica consecuente, siento hambre procuro comida, estoy sucio me baño, quiero ser pienso. Satisfecho el ego de pensar da lugar prontamente a la asunción de la transmisión. De suerte que el entrenamiento, vaciamiento en el hacer y pensar, da lugar a un idiota, loco por el acontecer. Así una máquina corre hacia la otra como un plato sigue al otro bajo la canilla.
Y el vórtice invertido la expele desnuda, en una suerte de masa nerviosa, comienzo de la vuelta en sí misma.
III

Pensó en él, siempre pensaba en él, se había vuelto cotidiano como inspirar, hábito como usar la jarra más grande para el desayuno. Porque la persona es incorporada al pensamiento como otro objeto. No hay diferencia.
Quizá, para no sentirse mal, podía equiparar a pensar en él como pensar en una idea. Así quedaría. En lugar de una idea de sí misma una idea de él.
Pero entonces, pensó, no estaba siendo egosintónica. Quizá la separación fuese necesaria como anunciara él y aunque no supiera a qué se refería.
Tragar, tragar la bebida caliente dejando al esófago ardiendo le traía un estado conocido de buche lleno.
Y la escritura es como el objeto, como la idea, como él, como sí misma. Ahí están para variarse, congratularse, recordarse, tomarse entre sí a modo de uno solo, una construcción, una estructura ingobernable. Domada a la fuerza del uso.
Egosintónica, recordó la palabra que repetía como un mantra cada día para centrar el eje piramidal desde las posaderas hasta el cuello.
El mundo inventado es un mundo donde el silencio no es posible. Donde las cosas son descubiertas poniéndole un nombre y los pensamientos sobre ellas también se nombran. Y quien no sabe el nombre de las ideas es un anónimo.
La tristeza presente no es por este mundo sino por la certeza de otros mundos cuyo avistamiento había tenido recorriendo calles y plazas en una lectura de la simbología de las cosas tal vez secreta. Después no creyó más que las cosas hablaran aunque tuviesen nombre, no creyó más que los sentimientos abarcasen todo lo conocido y dudó del nombre dado a las ideas.
Entonces marcó el primer día de limpieza, higiene mental, se dijo. Y se preguntó si constituiría parte de la saga de historias sobre el yo. Aunque olvidado, fragmentado, permanecían las huellas, marcas indelebles por no poder rechazarlas ni dejar de invocarlas.
Y un día cualquiera viajó, caminando cerca de su casa. Vivir en Tres Cruces tiene sus ventajas. Ese día recorrió carteles, cultivos hidropónicos, club social, veredas empapeladas, plaza de la bandera, escultura con portal. Fue un trajinar acompañada y sola. Sin recordar, el orden de las salidas correspondieron a alguna marca horaria sin sentido especial.

IV

¿Por qué me enamoro de tipos vacíos? pensó ella.
Entonces se le presentó cada infinito domingo repetido porque había perdido la memoria. Cada vez le costaba más repasar el día anterior, el fin de semana anterior, para qué si eran iguales. Así es la eternidad una constante repetición de ritos autónomos, sin sentido de ser, solo estar sumergida en la realidad cotidiana. Y se dio cuenta que para estar no es necesaria la memoria sino que alcanzaba con hacer listas, ordenar cosas, tirar la basura diariamente y escribir algo que ocurriese interesante.
Los muertos hablan. Desde el interior profundo producen un llamado avisando que están bien, que están disfrutando, que no saben cómo afrontar la muerte.
Demasiado orgullo para llamar, demasiado orgullo para acudir, demasiado orgullo hasta rechinar los dientes en una continua frustración esperando terminar el día y volver a la seguridad debajo de las sábanas donde el sueño desordenado acude a llenar una vida vacía.
Aunque tenga un pensamiento propio, cree que es de él. Detenida en la infinita expansión de una taza de té. Elimina uno a uno los sonidos hasta llegar al zumbido interno, impenetrable cortina.
No hay solución de continuidad cuando los límites han sido rebasados. Sin embargo, ella insiste. No se conforma ante el posible ninguneo.
Y sintió el miedo, estar sola frente a él.

V

Tiempo suspendido en un canto, el ulular del fin puede ensancharse en el canto de la paloma y en el de las sirenas; procurando llegar más rápido, más rápido a donde ocurre otra vez, otra vez el accidente en serie. Un accidente debiera ocurrir cada tanto ¿Qué indica este continuo irresoluto?
Comienzo equivale a despertar. Estado único.
¿Quién tiene tiempo para leer un libro? ¿Y para escribirlo?
Más o menos en la época que dejó de escuchar noticias, de saber el estado actual de las cosas fue que empezó a escribir. Al principio cualquier motivo la motivaba. Porque temas, lo que se dice tema, no tenía. Se le habían acabado junto con las ganas de escuchar noticias. Tampoco tenía un intercambio con otro u otra que motivase algún conocimiento donde explayarse.
Siendo así comenzó a preguntarse qué principio tenía lugar, aquello de no querer saber ni atreverse a escuchar el acontecer diario del mundo. Quizá fuese un síntoma de alguna enfermedad mental o un sencillo desacostumbramiento iniciado, no recordaba bien, hacía cosa de cinco años atrás.
Había sido cuando llegó al promedio de la vida en que se planteó: algo más debe haber por detrás de la parafernalia que nos quieren vender.
Sí, ahí había comenzado el peregrinaje. No a la meca ni detrás del mesías. Pero si en busca de la voz cantante, del que sabe. Algo así, recordaba de a poco, había intuido en el programa P.P. Y ella, no dudó, hacia el dueño del discurso enfiló sus pasos.
Sin que la paranoia la abandonase. Alguien más nos escucha, nos sigue, nos roba el decir. Hasta llegar a un fuera de lugar tan patético que la paranoia prosiguió en la creencia de ser grabada y tolerada como objeto de experiencia. Cuan necesaria fue la constancia en esa etapa. Solo escuchar, recibir la palabra.
VI

Una vez tomado el desayuno se dio cuenta, es química.
En tan solo una hora y media más podría ser libre ¿para qué? Los síntomas de la depresión la invadían: frustración, emocionarse por cualquier cosa, mal humor, malestar consigo misma, volcado hacia los demás. Creía que algo la ponía así. Que el otro algo tenía que ver en su estado alterado. Cuando finalmente se dio cuenta, es la química, sorbiendo el último trago de café.
En una hora estaré libre, escribió en el parte diario, una constancia para sí misma, no fuera a perderse en el malestar.
El deseo de dibujar siguiendo los contornos impresos o continuar las líneas insinuadas en el papel le indico el comienzo. Un estar fijo, una posición calma venía a darle la idea exacta de como seguiría su vida.
Encierro, incapaz de apertura mental ante el medio, que sin serle hostil, su propio hándicap la llevaba a sucumbir ante él.
Y no pudo hacer a un lado la concordancia medio-miedo.
Imagínate una tipa así que no posea ningún pensamiento para seguir un hilo. Todo lo contrario a una compositora de música que siempre está tarareando. Siguiendo la hilera del pentagrama en su cabeza sin sentir el vacío.
Pero cuando la ilación depende de cada vuelco, eh, hecho externo, quedan unos huecos donde ¿qué se siente? Cuando no se piensa en una continuidad sino en una repetición ¿qué puede sentirse?

Sin deseo, ahora o después da lo mismo, concluyó. Y al mismo tiempo lo recordó diciendo: cada día con los mismos síntomas es lo que somos, aprendemos a movernos con ellos. Todo conviviente con la depresión sabe dónde comenzar. Inicia en el hacer, pensó ella.


10.8.15

Disociativa
//sin meca darle luz//ra de zin culla sem//línea le cruza dsm//le zurcí al desman
Necesariamente el síntoma acontece ante lo real entre lo familiar y lo interpretativo.

     Sin recordar cuándo la idea se le plantó, más allá de una ligera sensación al cruzar un puente sobre unos tablones de obra en construcción. Pero cómo creer en la constancia del hecho o habrá sido la lectura de algún cuento de esa época en que le tomo gusto al terror. Aunque desaprobaba la perversión quién puede negarse el gusto por lo tétrico, macabro, prolongación del punto del goce. Parece que a ese real han llegado unos cuantos y así mueren encerrados en el armario. Que decepción y sin embargo la idea la rodeaba, la atraía hacía sí, tiraba de sí y la llevaba a la conclusión, la posibilidad. No sería como la última película en que el suicida recorría todo el argumento con los intentos, volviéndolo poco creíble. No, ella podría llegar al final.
     Él en cierta forma la había advertido. Su comportamiento irrestricto,  nada errático,siempre poniendo los puntos sobre las íes y las pausas entre cita y cita, respetándo a rajatabla sus noes. Ni una llamada fuera de lugar ni un encuentro furtivo. Dejaba que ella tomase el tiempo necesario para decidir qué hacer a la siguiente cita. Un gusto de hombre mirasele por donde se le mirase. Y cayó redondita, a lo largo, de pies a cabeza, en esa tertulia de dos veces a la semana con salida incluida cada mes. Qué iba a pensar ella que el ritmo lo estaba imponiendo él, si ella era libre de elegir.
     El comienzo del otoño es la época propicia. El depredador busca alimento para pasar el invierno. La víctima lo eligirá entre los más indefensos. Hembras y crías son de un sabor y terneza particular. No es lo que piense, así es como relata el observador. Ahí está asomando bajo el ábside del monte sus finas cornamentas, el nerviosismo y el olfato aumentan la concentración del depredador.
     Quizá la idea fue tomando forma cuando él comentó el viaje a las pozas de baño caliente donde se habían amado por vez primera, contado por él pues ella nada recordaba. O la vez que reclamando ella un poco de atención y lamentando en voz alta la falta de descendencia, él le reprochó los abortos ¿Cuándo fue aquello? se preguntaba ella.
     Y ante la avidez de ella queriendo un abrazo al otro día de la relación para prolongar la intimidad, de lo que tampoco se acordaba, él exclamó con epítetos como: insaciable, demandante, enferma mental.
     O cuando al salir de la consulta con el ánimo arrastrándolo por el diagnóstico: más de una personalidad; por eso ella no recordaba nada. Él padecía el síndrome de personalidad múltiple que lo hacía vivir otras vidas paralelas y por eso a ella la confundía con su menos querida. Siendo que ella era la única que permanecía fiel a sus designios. Si no tengo hijos es porque otra los tuvo en mi lugar. Ahora quizá sería mejor ni verlo.
     Estos días no noto mejoría. Sino una repetición, son las mismas imágenes, las mismas frases, los mismos chistes que dejan un gusto a desabrido. Ahora recién me doy cuenta que nunca profundizaremos, he estado veinte años atada a una máscara. Los recuerdos vividos a través de su relato no son míos ni puedo retener recuerdo alguno que nos una en alguna forma. Todos estamos en el infierno pero si yo dejo de creer entonces caería al infierno de la desesperanza. Necesito creer y no importa en qué. Hace rato andamos a la intemperie. Los de adentro están condenados. Los de fuera somos como el niño que juega por primera vez con fuego y aún no se quema. Entonces repite el acercamiento, pone el dedo en la llama y como el umbral del dolor del que no ha sufrido la experiencia es alto, mantiene el dedo sobre la llama más tiempo que cualquiera  quemado y condenado. Seducido por la luz, el color, lo prohibido lleva el índice una y otra vez hasta que el dedo recalentado le provoca un dolor agudo. Entonces retirará la mano pero seguirá absorto mirando la llama. Y cuando la piel sane volverá a intentarlo. Yo creo, yo amo, piensa ella.
     Aquello parecía tirado de los pelos.Tan a contrapelo se sentía. El retumbe de él exigiendo más orden, que la casa lo agobiaba, que el desorden creaba la disociación, fue el colmo. Entonces decidió que anotaría palabras repetidas por él así recordar los momentos vividos con ella: incordio, infamia, inferido, inferente, imposible, inmediato, indeseable, indeleble, impuesto, imposición, impensable, imprimido, intolerable, inconcluso, interpuesto, in extremis, incubo, intransigente, instante, interés, incansable, infinito, interior, intensamente, insistente, inclasificable, infabulación, inmediato, interludio, intermezzo, insalubre, indoloro, inmanente, indiferente, insondable, inmenso, inmerso, ingrata, inflama, inimaginable, inquisición, inquisidora, inflable, influjo, internado, internacional, insustituible, insufrible, in totum, in focus, inintelegible, intolerante, insurgente, ímpetu, inenarrable, in memoriam, inmemorable,inextricable, in situ, inconcluso, incólume, intangible, in grosso, incongruente, in gloria, inratio, impopular, inagotable.
     Tal cual él reclamó ella se expuso a lo real, a lo monstruoso del relato propio. Entonces la soga que él había guardado cuando trasladaron el refrigerador, se le presentó, tras la valija vacía dentro del armario.
     Ella lo confronta con la soga en la mano hasta exasperarlo a tal punto que él confiesa un malestar consigo mismo y una ligera empatía con su idea. Ella propone, entonces, suicidarse juntos para finalizar el sufrimiento de ambos. Ayer fue el día de la cita y ella no espera más.

"El médico encargado de hacerle la autopsia a la señorita Cuzin de Marsella, muerta misteriosamente, concluyó: suicidio por estrangulación." Noticias en tres líneas de Feneón




31.7.15

Figuras decorativas

Lacan, Nieztche - Todo está permitido, nada está permitido.

El que está para morir está muerto.
No tengo límite, pongo límite.
Oh, dios mío, por dónde sigo.
No hay dios soy dios.
No hay diablo soy diablo.
No hay alma soy vacío.
No hay sin sentido hay lógica.

Somos una red neuronal sin frontera posible. Por eso no hay que escribir directo a la máquina, la máquina (cerebro sin sentido) nos dicta. El caos es la vida, corriendo a la orden, es la muerte quieta; parado sin resolución.
.

Recicl[ame(n)]
cerca
lame
ame
ema
lema
cera
clame
reclame
recicle
la
circa
cilce
mal
arme
alma no está, ama no está, amor no está
lira
reme
mera
crie
criar
cleme(n)cia
er
ciclamen
renace
cilc
circle

Sexual
¿Cuándo fue que se perdió en el juego y se convirtió en una gimnasia de rendimiento individual o colectiva?
Poner los trapos a lavar, los trapos al sol. Pero en el juego es posible la sustitución de sus amores, pasiones, aficiones, iones.
La primera vez que fui a pescar. Preparé el aparejo. Van a picar lindo me dije con este plumaje, no habrá pez que resista. Ensarte la carnada. Con el frío no me dí cuenta que iba parte de mi dedo y en el envión caí con el vaivén de la boya mal colgada enganchando mi cuello. Acá estoy entre suicidio o cortá la tanza. Ni sueñen que les cuente la primera vez que salí a  cazar con un escopeta de calibre treinta y seis.

Zizek. Lo prohibido incita al deseo.
El deseo es molesto. Tiende siempre a ir más allá. La ciencia hay que bajarla a lo real y la utopía también.

Pareja - mujer y hombre de veinte años . Ella explica su concepto de amor libre para cada uno de los participantes. En caso de simpatizar, gustar, interesarse en lo intelectual, en una persona se permiten una relación completa. En caso de primar el interés ante la segunda persona entonces se plantearían rever la pareja original o primera.
Lo que veo aquí es la suspensión de la prohibición.

Inversión - inciativa del dominado - Resaltar la riqueza de las relaciones humanas a un dominado.



y sin respiro tal como una corrida. Porque no tengo límite soy el límite. Soy la última frontera no hay defensa posible ante el ciclón.

12.7.15

¿Qué pasa al estar? Real empuje de la vida


¿Por dónde empezar? Nos pintaron pajaritos de colores. Oigo solo una canción, qué/y, queda. Sin memoria ¿cómo saber donde empieza y cómo terminarla? Alguien la cuenta, le dieron lo supo y /o se la contaron,. Pero no hay buena ni mala memoria. O no hay memoria posible de presentar.Y la pintaron de colores. Taparon la imagen en blanco y negro para no ver los grises.Y en multicolor tapando toda posibilidad de saber las tonalidades. Tanto daba porque el negro y blanco despareció.
Entonces, insisto, no traigo memoria que cantar. Ningún recuerdo asoma en este canto vuelto detrás. Sin quererlo he hallado una dactilografía que dice contarla de atrás hacia adelante. Como toda historia, relato se precia de andar de atrás hacia adelante marcando el compás como en una partitura desde el principio al final.
Pero entonces, al tenerla en cuenta, repetiré una melodía, un coro, un ritmo, una fuga y tocatta en medio del gran rimbombam.



Giro neoliberal de lo real y natural en el capital.-
“La falta, nuestra estrella en el bajo cielo jurídico del capitalismo contemporáneo, brilla con su propia luz positiva: desplaza la pena o el castigo a la sanción o a la multa. ¿Porqué enrarecer con ideología, política, filosofía o moral ( la naturaleza del castigo, inconmensurabilidad de medidas como la privación de libertad, épica de la resistencia contra la represión política, etc) aquello que es económicamente puro? ¿por qué introducir un peligroso disturbio simbólico en la tranquila cuadrícula territorial de la comunidad-mercado que convive, traba, intercambia y compite? ¿ por qué no dejar que conviva tranquilo el homo economicus, sin los pliegues neuróticos patológicos del zoon politikón?” Sandino Nuñez, Revista de Ensayo AÑO I - N°6, El otro, el sujeto, la masa. Capital sin capitalismo, pág 41.

ACÁ ESTAMOS Y NO SABEMOS CUÁNTO
Para una buen economía del régimen carcelario, sanatorial, clínico, empresarial, societal distinto un pequeño “peligroso disturbio simbólico”. Me internaron una tarde en la habitación 306. A la mañana recorriendo el angosto pasillo llegue al 300 y una interna mencionó: acá el administrador de todo es Carlos y por aquella puertita pasas a las micronarcosis. Algo me hizo caer hacia un costado logrando la pared sostenerme.


Club social del Banco Hipoticario. Instalación , pinturas de EstramilArt


Un río en una orilla
junta juncos.
Quizá mañana dibujaré
Y en medio de la corriente
una mujer y una niña de sombrero amarillo
pondré a recorrer
así repetiré sin lograrlo ni una vez 
las imágenes de Estramil
dibuja y lucen tan bien
el río azul, los juncos amarillos
el vestido lila, el saco celeste.
vaporosa niña amarilla
influenciada falda inflada
recogiendo flores de loto
nadie tendrá miedo
metido hasta el muslo
en esa agua cristalina
flores blancas y peristilos rojos
mientras un suave verde matizará
matisse los ángulos en palmeras y helechos.


Alter-ego
No hay dos sin tres ¿por qué será?
Que sea “lo que sera”
Es de ilusión y sueños que vivo. Al despertar olvido la canción.
Los lentes caen por tercera vez. Me pregunto cómo será verte otra vez.
Si un paro fue necesario, así tenerte sin verte.
Si tejiendo la vida a parar porque es necesario dejar, dejar, dejar.
Dime si puedes responder ¿cómo es parar? lo que sea, será.
Escribiendo por segunda vez solo pienso en verte otra vez.
Y “lo que sea será”.
Tú quizá no pienses en mí ¿cómo puedes no pensar en mi?
Yo he visto mi mirada en otra mirada.
necesario necesario estío necesito


Bipolaridad. Exaltación. Agresividad. Depresión. Caída.
Sin siquiera darse cuenta.
Amor cuánto te extraño.


Desperté pensando tengo la solución.
Pero olvide cual era el problema con esta canción.
“Lo que sea será”
Yo amo escribir y a tí
te amo por ser mi inspiración
¿qué tal si un día probaras la medicina?
“Lo que sea será”
¿has pensado en experimentar
en probar
en diagnosticar
dejar de pensar
yo no soy normal?
¿hacerte el loquito
y venir a parar acá?
Mírame nada ha suceder
una cura del sueño señuelo
es para cualquiera, o quizá una
quizá cualquiera no puede enfrentar
un corte tan brusco de la vida
hacia afuera y hacia dentro o
¿cómo se llama exterior e interior entre cuatro paredes?


¿Quién manda parar al mundo?
¿Este mundo qué nadie sabe qué es, qué significa,
a dónde llega, con quienes conecta ni menos se comunica?
¿Quisiera saber si para que sea “lo que sea será” tú también
llegarías a desconectar todo vínculo
que ha durado quién sabe cuánto en este mundo?
Lío atado, vida de primavera, nudo desatado
una vez por un miedo dónde
ni tú ni yo tuvimos
nada que ver
Lo que ves esta vez, veráz.


5.6.15

La figura y el pueblo

El pueblo, como todo pueblo, tenía pocas almas que se conocían entre sí. Cuando alguno recibía visitas todos estaban informados de antemano porque el candidato se convertía en homenajeado. Cada pueblerino se vestía con sus mejores galas y pasaba frente al hogar favorecido para saludar, intercambiar regalos y disfrutar un trago. Así que el día que cayó la figura los tomó de sorpresa porque no había familiar alguno que allí diera referencias suyas.
En el pueblo nunca hubo hotel, pensión o habitación para alquiler, sin necesidad para qué inventar. Allí la costumbre era arreglarse con lo que se había heredado y construir alguna pieza nueva cuando la familia aumentaba ¿Dónde iría a descansar la figura, se preguntaban al verlo pasear por la plaza principal, bueno única plaza ¿Para qué más, cabían todos hasta con perros en el círculo de la fuente y les sobraba todavía el círculo  con polígonos de césped.

- Pero fíjese vecino que ataque a la razón, que falta de pulcritud, que descaro, andar así por la vida sin allegarse, con familia alguna para presentar.
- Es cierto que no tenemos una autoridad, aquí naide es más que naide, pero así es más fácil se acerca a cualquiera y queda presentado.
- Bueno pero si no es de aquí no conoce las costumbres. Habrá que apercibirlo que tiene que elegir casa para recibir las visitas porque en esa choza no puede recibir a naide.
- Claro así se habla, intervino Blanche, hago el convite y mi casa queda a la orden.
    La figura, de mientras, ignorante de la reunión en la plaza se había trasladado a la orilla del río equipada con caña y balde, se disponía a conseguir alimento. La rodearon por la bajada los cuatro gurises del pueblo. El conjunto caminaba en estricto silencio. Gurises raros éstos - pensó la figura. Una vez en la orilla preguntó dónde conseguir lombrices. Tenían un lumbricario. La figura aceptó la lata llena de rollizos y rojos gusanos enmarañados que le ofrecían seriamente los jovenzuelos. Preparó el anzuelo y tiró con la boya atada a un metro.
- No precisa la boya tan alta, aclaró un gurí. Acá los peces nadan arriba y les gusta picar.
- Siguió cada consejo de los jóvenes pero no obtuvo pesca. Si bien los peces picaban hasta comer la carnada por completo ninguno quedaba enganchado. De alguno que logró tirar, con experiencia en el deporte, resultó que al tercer tirón el pez lograba escapar raudo. Los peces parecian entrenados en el juego del tire y afloje.
- ¿Comen pescado en este pueblo?
- No, no nos gusta. Los criamos para vender.
Cuando la figura rodeada por las criaturas retornaron, en la plaza no quedaban más que un vecino y su perro. El vecino se presentó, extendiendo la mano e invitándola a comer. Noire, dijo la figura respondiendo con igual gesto y aceptando la invitación. Durante el resto de ese día en la casa de Blanche, Noire recibiría uno a uno los habitantes del pueblo aceptando cada regalo y preguntándose cómo recompensar las entregas.
Noire se hallaba de viaje pensando en el retiro anticipado. Vacío por el stress de la ciudad y una vida no muy ordenada de espíritu, decidió recorrer algunos de los sitios que cuando joven había tenido oportunidad de conocer con el grupo de camping. Tuvo que hacerlo solo. Algunos de los compañeros, los más veteranos, no estaban físicamente y los de su generación se encontraban al tope con las responsabilidades familiares.
La asunción de viajar solo no le resultó agradable y todo el viaje hasta ahora sentía una espina clavada en medio del pecho. Por suerte no era aprehensivo sino hubiese parado en medio del camino y vuelto para consultar un médico.
Al promediar los quince días de viaje lejos estaba de lo pensado, aburrido de tanta naturaleza. El pueblo donde hoy arribaba era uno de los primeros que había conocido al pasar en sus años mozos. La característica que siguiese treinta años después igual y a su vez permaneciera como treinta, cincuenta, un siglo antes le intrigaba, alegremente. Sin explicarse por qué, ya que de sí era consciente que no hallaba gracia en las edificaciones añosas. Pero este lugar cuyos habitantes sí apreciaban lo que tenían irradiaba una mística propia. Pero estos pensamientos no son de Noire. Incapaz de plantearse asociaciones entre espíritu y materia. Es más, de la materia, en ese estado de las cosas, más bien el adjetivo que pudiese aplicar sería: cochambroso. Y las habitaciones con húmedad hasta la media pared por los cimientos en barro le resultaban insalubres. Y los techos ¿qué techos? las chapas dolmenit con planchas de espuma plast por debajo le erizaban la piel pensando la entrada del invierno. Mientras ahíto de comida y bebida se estiraba en un perezoso a la sombra de la Santa Rita al fondo de la casa de Blanche.
Entonces recordó que había pensado llevar un relato paso a paso. Hoy no tengo relato, se dijo. Aunque la búsqueda finalizó, encontré lo que no sabía que buscaba, sin embargo estoy en el camino y no puedo explicármelo. Y la perspectiva no creo que sea la que permite el tiempo ido. Es este viaje que me está cambiando la cabeza. Éstas tres últimas semanas, en parte, depender de mí mismo y afrontar lo que depara el camino, no incluye la zozobra que estaba sintiendo dos por tres en la ciudad. Esclavo de lo cíclico me estaba volviendo y si bien las curvas de bioenergía sirven para explicar los estados de decaimiento, no van más allá. Quizá me esté volviendo pagano, después de todo es una religión más

Blanche - A mí me mandó el enemigo.
Noire - ¿Cómo que lo mandó el enemigo?¿A ver cómo es eso? ¿El enemigo de quién lo manda?
Blanche - Y yo vengo como amigo vió pero entonces debe haber un enemigo y como yo no mando, entonces, concluya usted por sí mismo.
Noire - Ah y que le hace pensar que podemos enemistarnos.
Blanche - Y para empezar no más usted dice blanco, yo digo negro. Mire que me sale nomás. No hay mala intención, ni buena.
Noire - Bien entiendo que usted tiene intención de seguir diciendo y en ello es probable que me haga el contrapunto.
Blanche - Ahí está, usted lo dice clarito. Si lo dijese yo saldría oscurito.
N - Pero acá el baqueano es usted. Y se dice que la mosca así preparada no engaña pez alguno. Enséñeme como la arma usted.
B - Mire, puedo hacerle varias moscas, hasta de colores, pero usted va ha tener que aceptar el regalo porque de enseñar yo no aprendí nadita.
N - A mí me parece que usted se hace el negado. La variedad de mosca que  nombró es nueva para mí.
B - Claro, porque las bautizo yo. Mire ésta con cuatro hilos locos enredados es la mosquita parda. Es que el hilo, de tan manoseado, de blanco pasó a terroso.
N - Veo ¿ y ésta con hilos en las dos puntas y el cuerpo torneado?
B - Esa es la mosca gusano.
N - ¿Y la de los hilos rojos cómo la bautizó?
B - ¿Acaso no adivinó?
N - La mosca colorada.
B - Vió, qué fácil es poner nombre. Arme una y anímese a bautizarla.
N - ¿Cómo de una pelotita con hilos enredados entre el dedo mayor y el pulgar sale la carnada preferida del surubí? Hay una mosca de verdad que la picadura produce sueño, creo que se llama tsé-tsé. A ésta cuyo fin es que despierte el apetito del bicho voy a ponerle aperitivo.
B - Usted no es muy original verdad. Todavía no está con lo creativo. Por acá para despertar con ganas de comer hay que tener hambre nomas.
N - Ahí va, engancho la mosquita hambre y tiro, sssssss y pica.