El tiempo superfluo se ríe de mí
el momento, que presiento se acerca,
que pasa más lento, avivada
me duelo que pasa ¿qué pasa?
¿Qué tonsura me permito?
Me abro diciendo: hoy extraño, reclamo, añoro
mañana amo y enamoro,
la falta que me hace y me rehace
¿Cómo puedo preguntar?
¿Qué es mi ansia?
La coloco como dueña de mi deseo
soñando que ya olvido
Como el primer día, quiero y no quiero sustituta
Y no quiero encontrar otra figura que rompa el molde
Ya está roto, aún sin completar
Quisiese armar/arrimar un relato donde sentir
la respuesta clara, campana de cristal y badajo metálico
Hoy recibo la obra empaquetada, regalo del tiempo
Eros me ha quemado, atravesado la piel
capas y capas defensivas han sido abrazadas
hasta derretir la fibra, masa carnosa
He sentido como la brasa roja se pega
Una al huso
llevo tiempo avivando al fuego
así la brasa no se enfríe
ni el hueso, ceniza blanca, vuele del suplicio
Esta constancia, adentrada, imantada por cortesía
repetición de escarceo, horadando
¿Es necesario amar, apasionarse y abandonarse?
La consumación, hoguera, pide término y el rescoldo,
testigo último, humea queriendo abrigo
¿Qué temo más, dejar de amar o seguir amando?
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