22.1.15

Acanalado


Puedo recordar un tiempo, ha sido
Decir un tiempo, aún no ido
Quiero un tiempo no ido
¿Habrá existido?
un tiempo ex-ido
¿Quizá han oído?

Una vereda ancha de baldosas acanaladas
grises, empastadas, amarillas desencontradas,
barbudas verdes, sin escardillado
amuralladas, muro grueso, gris, alto,
con hueco en viga hormigonada
armada con cuatro de media pulgada
tiempo de portland, arena, pedregullo
hierro barato al kilo, en barracas
barriales de la periferia

Esa horizontalidad es lo que añoro
y replico reteniendo; es necesario
para la buena vida: una vereda ancha
con árboles, madreselva en flor
parasitando al tronco, muro para
sentarse en barra a charlar
sobre la última serie o descansar
antes del próximo picadito,
jardín en cantero acanalado
para lucir el ama de casa
Portón con pasador, verde, rojo antióxido
amarillo, blanco, gris, descascarado
Viste la que te dije, lo pintó anaranjado
Siempre notando-se, no puede ni con ella misma.

Época estival del estío y hastío
Lo que me recuerda esos barrios
de aquí, a la vuelta, en Montevideo
Por ello no me sorprende la noche
pidiéndome salir cual pirata
a robar brote en flor
enredadera verde de hojas rastreras,
trepadora; enhiesta al tutor

Al enhilar quiero atrapar
época, noche, vida, muerte
detener enterrando cada hurto
en tierra amojonada y húmeda
Y sacar, en espera, al sol surco
Pide tiempo fuera la oración





4.1.15

Reconocimiento de campo.

     Voy tarde. Me tardo a propósito. Estoy cerca pero me quedo en
el vaivén del despropósito. No voy porque no soy docente ni estudiante.
Tampoco trabajo fuera de casa por tanto no estoy agremiada.
     Los organizadores saben donde se meten. No va a haber gresca porque
de cierto son los mimados de la sociedad de tan repudiados al mismo tiempo.
En todo caso convocan a una movilización oportuna. Y oportunos han
sabido serlo a cada comienzo lectivo. En este caso coincide el fin lectivo y
el deseo del final de una guerra.

     Entonces decido hacer mandados. Salgo por el estacionamiento del
supermercado y me quedo en la vereda norte, llegando al muro del Liceo 8
Instrucciones del Año XIII. Me había prometido no quedarme ahí, precisamente. Pero a mi espalda la avenida vacía me da seguridad. Busco entre la gente cercana alguien conocido. No veo. Los jóvenes están en grupos pero también se trasladan saludándose con besos en la mejilla; que linda costumbre han implantado.
 
     Un joven ofrece un pasquín “al pueblo La Verdad” con la simbología del martillo cruzado a la hoz y una estrella, todo en rojo. Lo tomo a voluntad y le comento:
  • La verdad ya pasó de moda.
  • ¿Qué querés tienen como cuarenta años?
    (Se refiere al PCR del Uruguay integrante de la UP-AP.)
  • Y la policía ¿dónde está?
  • Adentro del ministerio ¿ves? Están algo escondidos.
  • ¿Y el malón?
  • Por atrás en Gerardo Grasso.

     ¿Por qué asisto a una insignificante convocatoria donde quedamos escrachados?

     ¿Qué pasaría si liquidáramos, en el sentido económico, las propiedades y privilegios de las Fs As (soy negada para la terminología de doble mayúscula) pasándolas al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.

_ Un ministro, viceministro, secretarías, adjuntos, consejeros, edecanes, no me da el conocimiento para mencionar cargos y sectores, menos.
_ Gente con conocimiento logístico para ejecutar la recuperación y mantenimiento de locales y terrenos heredados, de más.

Reconozco una visión corta para proyectar el traslado de un ministerio a la égida de otro. Supongo que el abandono de un ritual como el militar equivaldría al abandono de la eucaristía. Sólo se asume de uno en uno.

     Repaso las citas transcritas y Martín Heidegger me recuerda:

...“Todo es arrastrado a la uniformidad de lo que carece de distancia ¿Cómo? ¿Este juntarse en lo indistante no es aún más terrible que una explosión que lo hiciera añicos todo?”

..."El hombre tiene la mirada fija en lo que podría ocurrir … ¿Qué es lo que esperan este miedo y esta confusión si lo terrible ha ocurrido ya?”